Por Manolo Pasero
En una medida audaz destinada a abordar la apremiante crisis inmobiliaria en México, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha anunciado un ambicioso plan para construir un millón de viviendas de bajo costo en el transcurso de su mandato de seis años. Esta iniciativa busca brindar opciones de vivienda asequible para familias mexicanas, con precios que oscilan entre 700 mil y 1.2 millones de pesos, haciendo más asequible la propiedad de vivienda, particularmente para grupos vulnerables.
Enfoque a poblaciones vulnerables
Sheinbaum enfatizó que el programa de vivienda está diseñado para priorizar a los más necesitados, incluidas mujeres jefas de hogar, jóvenes, comunidades indígenas y personas de la tercera edad. Este enfoque refleja un compromiso más amplio con la equidad social, asegurando que los beneficios del desarrollo de viviendas lleguen a las poblaciones marginadas que a menudo han sido ignoradas en políticas anteriores.
Establecimiento de una entidad de nueva construcción
Para facilitar esta ambiciosa agenda habitacional, la administración de Sheinbaum planea crear una nueva empresa constructora. Esta entidad será la encargada de supervisar el desarrollo del millón de viviendas, permitiendo un mayor control de costes y calidad. La participación del gobierno en la construcción marca un cambio con respecto a prácticas anteriores, cuyo objetivo es hacer de la vivienda un bien público en lugar de una mera empresa inmobiliaria.
Programa Integral de Vivienda y Regularización
Además de las nuevas construcciones, el Programa de Regularización y Vivienda recientemente presentado tiene como objetivo apoyar la mejora o ampliación de 450.000 viviendas existentes y regularizar un millón de títulos de propiedad. Este aspecto del programa es crucial para las familias que viven en asentamientos informales o sin títulos claros de sus viviendas, brindándoles reconocimiento legal y estabilidad.
Sheinbaum señaló que el objetivo de esta iniciativa es garantizar la vivienda como un derecho fundamental, en fuerte contraste con enfoques neoliberales anteriores que trataban la vivienda principalmente como una mercancía. Bajo tales administraciones, la atención se centró a menudo en el desarrollo inmobiliario con fines de lucro en lugar de abordar las necesidades de vivienda de la población.
Un cambio en la política de vivienda
Esta nueva política de vivienda representa un alejamiento significativo de las prácticas pasadas, donde el énfasis en el sector inmobiliario a menudo conducía a desarrollos especulativos que no satisfacían las necesidades de los ciudadanos comunes. Al redefinir la vivienda como un derecho social, el gobierno de Sheinbaum está tomando medidas para garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de los mexicanos, particularmente en áreas con mayores dificultades económicas.
Abordar la crisis de la vivienda
Con una escasez de vivienda estimada que afecta a millones de mexicanos, la iniciativa de Sheinbaum es oportuna y esencial. La combinación de construcción de nuevas viviendas, apoyo a viviendas existentes y regularización de títulos de propiedad aborda múltiples facetas de la crisis inmobiliaria, con el objetivo de crear un entorno más inclusivo y equitativo para todos los ciudadanos.
Conclusión
La política de vivienda de Claudia Sheinbaum señala un enfoque transformador a un problema de larga data en México. Al comprometerse con la construcción de un millón de viviendas de bajo costo y priorizar a las poblaciones vulnerables, su administración apunta a restaurar la vivienda como un derecho fundamental. Esta iniciativa no sólo busca aliviar la crisis de vivienda sino que también refleja una visión más amplia de justicia y equidad social, lo que la convierte en un importante paso adelante en la búsqueda de vivienda asequible en México.
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